domingo, 31 de enero de 2016

LAS AVENTURAS DE JON, EL PEQUEÑO MARINERO

Hola,

Ésta es la portada del cuento que protagoniza mi sobrino:


Incluye una banda sonora. Poco a poco iré poniendo aquí las páginas del cuento.

Todos los derechos para JSBA.

lunes, 25 de enero de 2016

LA LLAMADA

- Biiip... Biiip... Biiip (descuelgan).
- ¿Sí? ¿Quién es?
- Buenas tardes, ¿es usted Inés?
- Sí, pero, ¿quién es?
- Sí, perdón. Mi nombre es Rosa y le llamo del diario El Pregonero.
- Ah...
- Quería hacerle unas preguntas sobre la experiencia que tuvo y de la que la redacción se hizo eco hace un par de días.
- ¿Esperiencia? No sé qué me hablas, hija.
- Perdone. Me refiero a la aparición que nos han comentado que tuvo lugar en su domicilio.
- ¡Aaah! Je, je, je. ¡Jesús, María y José! No te había entendido, hija.
- Je, je, je. Sí, disculpe.
- Bueno, ¿y qué querías saber, hija?
- Sí. Me gustaría saber si es tan amable de responderme a unas preguntas...
- ¡Pero claro, hija! ¿Cómo te llamas?
- Rosa. Soy Rosa Trujillo, redactora del diario El Pregonero.
- ¡Ah, sí, sí!
- Escribo entrevistas para una sección popular que tiene el periódico.
- Pues no me suena, hija. Es que yo soy del Hola y del Sálvame.
- Je, je, je. No pasa nada.
- Pero, oye, ¿te gustaría venir a casa? Así puedes ver la figurita.
- ¡Oh! Pues sería estupendo. ¿No le importará a su marido que vaya?
- ¡Ay, hija! Mi Antonio hace ya cinco años que descansa junto a Dios, nuestro Señor; y los hijos viven todos en la capital. No te preocupes. ¿Te gustan las lentejas?
- No, no. No se preocupe. Solamente me gustaría charlar con usted y con la oportunidad que me da de conocerla en persona ya me es suficiente.
- ¡Que sí, tonta! Mira, es que me trajo muchas mi primo Miguel cuando recogió la huerta. ¡Oh!, y te meto unos calabacines también. Además hago unas almendritas garrapiñadas que salen buenísimas.
- De verdad, no se preocupe. Muchas gracias.
- Si no me preocupo. Yo te meto todo en una bolsa pa cuando vengas.
- Muchísimas gracias, pero, ¿podría darme la dirección de su domicilio?
- Claro que sí, hija. Mira...
- Sí.
- Es en la plaza de la iglesia...
- Ajá.
- La calle se llama Coronel López Eredia...
- Sí.
- El número ocho.
- Vale. ¿En qué piso?
- No, no, que es una casa.
- Aaah, ok.
- Sí.
- Muchas gracias, Inés. ¿Qué le parecería si me pasar a verla mañana a eso de las 11,00-11,30?
- ¡Uy, hija! Ven mejor a la 13,00 o así; es que hay misa y no voy a estar en casa. Mira, además así te quedas a comer.
- No se preocupe, de verdad. Si sólo serán unas preguntas.
- Bueno, bueno. Tú ven a eso de la 13,00.
- De acuerdo. Coronel López Eredia, nº 8, ¿no?
- Eso es. En la plaza de la iglesia. No tiene pierde, hija.
- Gracias...
- Sí, sí...
- Entonces hasta mañana, Inés. Que descanse.
- Gracias hija. Hasta mañana si Dios quiere. Un beso.
- (Cuelgan).

martes, 12 de enero de 2016

FACUNDO

Facundo, el toro bravo, llegó un día a este mundo,
Y siendo aún muy joven, tenía* escrito su sino.
Así esto se sentía con su mirar profundo;
Con su carácter manso; con su vivir divino.

En una ancha pradera, como un buen animal,
Facundo, sin más prisas, la vida disfrutaba;
Pues él ya conocía que no era un semental,
Y con mucha paciencia su fin él esperaba.

Bajo el sol del verano, con su porte moreno
Y su corona regia, a este rey de la Iberia,
Totalmente abstraído, tranquilo y muy sereno,
Lo enviaron*, sin aviso, camino de la feria.

Conoce su destino; no así sus semejantes,
Que tiemblan asustados y esperan su condena,
Ésa que ellos ignoran con los nervios punzantes.
Mientras, Facundo resopla y agita su cadena:

“No sufráis, mis amigos. Ya ha llegado la hora
Por la que nos trajeron a este mundo tan cruel.
Lo infesta el ser humano, que hoy en día lo mora,
Y que, porque lo puebla, se piensa que es de él**”.

Ya llegan a la plaza, la turba los espera.
Los toros son muy pocos con tanta gente junta.
Facundo no se asusta de ninguna manera:
“Son como las hormigas en una marabunta”.

Facundo está en el ruedo, bajo el azul del cielo.
Lucha con gran valía con su rival de oro**,
Que, con su larga daga, muerto lo arroja al suelo.
Facundo, sí, Facundo, Facundo fue un gran toro.

* Hay que hacer diptongo.
** Hay que hacer dialefa.

Son siete serventesios en alejandrinos, aunque la inmensa mayoría son heptasílabos, ya que puede hallarse fácilmente la cesura que separa los hemistiquios en casi todos versos compuestos.

jueves, 7 de enero de 2016

CABRACHO

Buenas,

     Sé que la última entrada del año pasado fue la acuarela de un pez marino. Y para empezar bien el 2016, ¡aquí tenéis otro teleósteo!


     Esta vez le toca el turno al cabracho. De éstos, junto con las cabras, los pescábamos a la deriva, en nuestro barquito, pero hace ya años. Lo he pintado para mi padre, cuyo cumpleaños es mañana.

Un saludo.